Durante cuatro viernes, el Teatro Martinelli de la localidad sanfernandina de Victoria cobijó noches llenas de folklore. Jóvenes artistas de la zona de gran proyección como Sincopado, Gonzalo Olivera y Wankani fueron los protagonistas de las tres primeras jornadas. El viernes 5 de junio, el jujeño Bruno Arias cerró este ciclo trayendo consigo la cultura de la Puna.
Con diferentes propuestas y estilos, Sincopado, Gonzalo Olivera y Wankani, matizaron este ciclo de Folklore en las noches de Victoria. El cierre de este ciclo, no estuvo a cargo de un artista local, sino que como invitado vino el jujeño Bruno Arias a plasmar su proyecto artístico sobre el escenario del Martinelli.
Carnavalitos, bailecitos, huaynos y motivos populares característicos de la Puna, pintaron quebradas y valles en Victoria, una región que supo ser una verde llanura antes de ser tapada por el asfalto y que se construyó como ciudad al ritmo de la actividad ferroviaria. Así es como Bruno inicio un viaje a la tierra que acunó a músicos como Carlos Guanuco, Ricardo Vilca, Máximo Puma o Barrojo. “Estos grandes de la Puna se nos están yendo y dejando huérfanos a los músicos que venimos, por eso es importante recordarlos y aprender. A veces en vida, nosotros los jóvenes no los sabemos aprovechar y ellos nos ayudan a encender la lamparita de nuestras ideas” dijo Bruno en referencia a ellos.
“Quebrada de sol y de luna” de Ricardo Vilca, “La copla baja del cerro” de Barrojo y Morón, “Camino hacia la Puna” de Barrojo, “Copla del cantor” de Temer y Pachi Alderete, “Cóndor vuela” de Puchades Dulón y Carretero, “La zamba de los mineros” de Jaime Dávalos y el Cuchi Leguizamón, “Digo la Telesita” de Marcelo Mitre, “Guanuqueando” de Volodarsky y Ricardo Vilca y “Charanguito” de Ana Céspedes y Javier Ángulo, fueron algunas de las estaciones de este viaje imaginario que llevó a los pasajeros del Martinelli desde Victoria hasta la Puna.
A puro ritmo, con la gente que no quería irse, Bruno interpretó “Ella baila sola” y “La vi por vez primera” antes de despedirse. El jujeño, sigue confirmando en cada actuación porque es uno de los artistas jóvenes de mayor consideración dentro de la música de raíz, sabe combinar su espontaneidad, con la poesía y la música; y a su vez crear un clima festivo sin descuidar lo anterior.
Aunque la gente no acompañó masivamente este ciclo, es interesante que se creen espacios para difundir la cultura nuestra con artistas de la zona e invitados que presenten proyectos musicales bien elaborados.
Esperemos que este tren de la cultura vuelva a realizar sus viajes pronto, y que tal como los trenes que salen de los galpones ubicados frente al teatro, estén siempre llenos de pasajeros, gustosos de disfrutar de estos espectáculos.
Texto: Pablito Piris
Fotos y diseño de diapositivas: Rubén Gobetti
Con diferentes propuestas y estilos, Sincopado, Gonzalo Olivera y Wankani, matizaron este ciclo de Folklore en las noches de Victoria. El cierre de este ciclo, no estuvo a cargo de un artista local, sino que como invitado vino el jujeño Bruno Arias a plasmar su proyecto artístico sobre el escenario del Martinelli.
Carnavalitos, bailecitos, huaynos y motivos populares característicos de la Puna, pintaron quebradas y valles en Victoria, una región que supo ser una verde llanura antes de ser tapada por el asfalto y que se construyó como ciudad al ritmo de la actividad ferroviaria. Así es como Bruno inicio un viaje a la tierra que acunó a músicos como Carlos Guanuco, Ricardo Vilca, Máximo Puma o Barrojo. “Estos grandes de la Puna se nos están yendo y dejando huérfanos a los músicos que venimos, por eso es importante recordarlos y aprender. A veces en vida, nosotros los jóvenes no los sabemos aprovechar y ellos nos ayudan a encender la lamparita de nuestras ideas” dijo Bruno en referencia a ellos.
“Quebrada de sol y de luna” de Ricardo Vilca, “La copla baja del cerro” de Barrojo y Morón, “Camino hacia la Puna” de Barrojo, “Copla del cantor” de Temer y Pachi Alderete, “Cóndor vuela” de Puchades Dulón y Carretero, “La zamba de los mineros” de Jaime Dávalos y el Cuchi Leguizamón, “Digo la Telesita” de Marcelo Mitre, “Guanuqueando” de Volodarsky y Ricardo Vilca y “Charanguito” de Ana Céspedes y Javier Ángulo, fueron algunas de las estaciones de este viaje imaginario que llevó a los pasajeros del Martinelli desde Victoria hasta la Puna.
A puro ritmo, con la gente que no quería irse, Bruno interpretó “Ella baila sola” y “La vi por vez primera” antes de despedirse. El jujeño, sigue confirmando en cada actuación porque es uno de los artistas jóvenes de mayor consideración dentro de la música de raíz, sabe combinar su espontaneidad, con la poesía y la música; y a su vez crear un clima festivo sin descuidar lo anterior.
Aunque la gente no acompañó masivamente este ciclo, es interesante que se creen espacios para difundir la cultura nuestra con artistas de la zona e invitados que presenten proyectos musicales bien elaborados.
Esperemos que este tren de la cultura vuelva a realizar sus viajes pronto, y que tal como los trenes que salen de los galpones ubicados frente al teatro, estén siempre llenos de pasajeros, gustosos de disfrutar de estos espectáculos.
Texto: Pablito Piris
Fotos y diseño de diapositivas: Rubén Gobetti
1 comentario:
gracias por mandarme un correo con tanta información!!
siempre te llevo en el corazón, querido amigo pablito..
un fuerte abrazo,y veré si puedo escucharlos.....
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