Los niños son dueños de una escencia que muestra lo más noble del ser humano. Todo lo exploran, todo lo quieren saber. Son efusivos, traviesos, capaces de hacernos felices con tan solo una sonrisa, capaces de hacernos enojar con sus ocurrencias. Quieren jugar y jugar... buscan contención, cariño, quieren ser como los grandes y claro los grandes quieren ser como los niños, y no hay nada mejor que ser como ellos, hasta el propio Jesús lo dijo "hay que ser como un niño para entrar en el Reino de los Cielos".
Por culpa de los grandes, nuestros niños están privados de muchas cosas materiales y sentimentales. Les toca vivir en un mundo, donde la inseguridad, la violencia y la prisa prevalecen ante otros valores primordiales. A algunos les toca vivir en un mundo donde hay más humo que aire puro, más semáforos que árboles, más aviones que variedades de pájaros, más zanjas que arroyos. A otros les toca vivir en lugares alejados, olvidados, ir a escuelas lejos de su casa y caminar kilómetros y kilómetros hasta llegar a ellas, en lugares donde la más pequeña enfermedad puede ser terrible.
Pero ellos sueñan con un mundo mejor, juegan y juegan. Y mientras jueguen y sueñen, mantendrán viva la esperanza, por eso cuidemos nuestros niños y brindemosle todo el afecto que ellos merecen...
3 comentarios:
Pablito, el gobierno es el único que no se acuerda de los niños, de lo contrario no habría desnutrición infantil.
Saludos a los niños del mundo, y al niño que todos llevamos dentro.
Un abrazo!
Pablo, excelente tu homenaje en el día del niño y te felicito por lo que todavía para mí tenés de niño. Con cariño. Mamá.
Pablito, una bella mención, con la calidad que te caracteriza, para algo tan sensible al sentimiento como son los niños.
Siempre así, amigo!
Un abrazo
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