Por Alfredo Mateo
"Una reunión de asuntos criollos"
- 101 años -
- 101 años -
"Lo que a ellos les pasaba también me pasaba a mi"
Un arriero del cerro que conocí, hace mucho tiempo, se llamaba Antonio Fernández. Asábamos un ciervito para almorzar con un amigo, El mushinga Ruiz Huidobro. No habíamos comido aún cuando lo cruzamos, en realidad el nos cruzó a nosotros, y al verlo lo invitamos a compartir la comida, dijo que estaba apurado y que debía andar nomás.
Ajenas culpas pagando y ajenas vacas arreando, deslizo a manera de despedida. El refrán me pareció magnifico, tome un cuadernito de mis alforjas, que siempre viajaba con migo y lo anote.Decidimos con el paisano Mushinga seguir con el asadito nomás. Unas horas más tarde, cuando me reencontré con la vigüela, saqué mi cuadernito y lo leía, linda forma de expresarse el paisano, la pucha: ”Ajenas culpas pagando y ajenas vacas arreando”
Con un par de acordes le fui dando forma, noté que el paisano juntaba en su arrear muchas penas, que en definitiva al terminar la jornada, se quedaban con el. Esta canción me la enseñaron en la escuela primaria, un día la maestra de canto me pide que leyera el poema, con mi guardapolvo blanco y con coraje, narré las coplas sin saber porque, las arenas bailaban en los remolinos, ni que el sol jugaba con el pedregal, pero al terminar, los padres de mis compañeros aplaudían a rabiar, y a mi me relinchaba la sangre, con el correr de los años comprendí, porque las vaquitas se van por la misma senda, porque la noche tenia que traer recuerdos, que haga menos pesada la soledad, que la senda por esos cerros, que la magia de los caminos, ilumine al arriero.
Ese arriero que va. Como sombra en la sombra por esos cerros, el arriero va, el arriero va. Tal vez la copla es dura y sencilla
Como si fuera de protesta, y vaya si lo era, pero con el marco del cerro y con el aporte de los distintos gobiernos, prohibiendo al poeta, lograron elevarlo a una dimensión onda y sentida al hombre del noroeste Argentino, al “payador perseguido. "Yo se que muchos dirán, que peco de atrevimiento, si largo mi pensamiento pal`rumbo que ya elegí, pero siempre he sido ansi , galopiador contra el viento."
Un arriero del cerro que conocí, hace mucho tiempo, se llamaba Antonio Fernández. Asábamos un ciervito para almorzar con un amigo, El mushinga Ruiz Huidobro. No habíamos comido aún cuando lo cruzamos, en realidad el nos cruzó a nosotros, y al verlo lo invitamos a compartir la comida, dijo que estaba apurado y que debía andar nomás.
Ajenas culpas pagando y ajenas vacas arreando, deslizo a manera de despedida. El refrán me pareció magnifico, tome un cuadernito de mis alforjas, que siempre viajaba con migo y lo anote.Decidimos con el paisano Mushinga seguir con el asadito nomás. Unas horas más tarde, cuando me reencontré con la vigüela, saqué mi cuadernito y lo leía, linda forma de expresarse el paisano, la pucha: ”Ajenas culpas pagando y ajenas vacas arreando”
Con un par de acordes le fui dando forma, noté que el paisano juntaba en su arrear muchas penas, que en definitiva al terminar la jornada, se quedaban con el. Esta canción me la enseñaron en la escuela primaria, un día la maestra de canto me pide que leyera el poema, con mi guardapolvo blanco y con coraje, narré las coplas sin saber porque, las arenas bailaban en los remolinos, ni que el sol jugaba con el pedregal, pero al terminar, los padres de mis compañeros aplaudían a rabiar, y a mi me relinchaba la sangre, con el correr de los años comprendí, porque las vaquitas se van por la misma senda, porque la noche tenia que traer recuerdos, que haga menos pesada la soledad, que la senda por esos cerros, que la magia de los caminos, ilumine al arriero.
Ese arriero que va. Como sombra en la sombra por esos cerros, el arriero va, el arriero va. Tal vez la copla es dura y sencilla
Como si fuera de protesta, y vaya si lo era, pero con el marco del cerro y con el aporte de los distintos gobiernos, prohibiendo al poeta, lograron elevarlo a una dimensión onda y sentida al hombre del noroeste Argentino, al “payador perseguido. "Yo se que muchos dirán, que peco de atrevimiento, si largo mi pensamiento pal`rumbo que ya elegí, pero siempre he sido ansi , galopiador contra el viento."
Que nos vaya bien a todos, paisanos.
Alfredo Mateo
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