Tras largos días y noches de andar, el chasqui alcanzó el último tramo del camino que conducía a la morada del Rey Inca. Llevaba una singular ofrenda destinada al gobernante: tres gotas de sangre petrificadas, el precioso hallazgo fue recibido con mucha emotividad.En el Lago Titicaca, en tiempos pasados, se había construido el templo de las acllas: las vírgenes sacerdotisas del Inti.En ese sitio se encontraban anualmente el sol y la luna para fecundar los sembrados y asistir a la sagrada elección de quien heredaría la responsabilidad de perpetuar la sangre inca. (Leer nota completa en "historias de mi tierra")
Mensaje de Félix Diaz
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VIDA Y LUCHA DE NUESTROS PUEBLOS INDIGENAS DE ARGENTINA
Es dura nuestra lucha y la injusticia se adueña y mata a nuestros pueblos
indígenas, a nuestros a...
1 comentario:
me gusto porque su amor era prohibido y etc
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