Santiago del Estero es una provincia ubicada en el noroeste de nuestro país. Su capital, Santiago del Estero, es llamada "madre de ciudades", fue fundada en 1553 a orillas del Río Dulce. Con más de cuatro siglos de historia, encierra un rico patrimonio histórico-cultural.
Santiago del Estero es culturalmente muy pero muy rico. Conserva gran parte de nuestra historia, de nuestras tradiciones. Gran cantidad de artesanos, entre ellos alfareros, tejedoras, cesteros y luthiers siguen utilizando técnicas ancestrales de las culturas originarias diaguitas que ocuparon el territorio santiagueño.
En Santiago hay una religiosidad popular muy importante, así tradiciones milenarias se mezclan con la fe católica, con San Francisco Solano como protagonista principal de esta historia que se viene escribiendo hace varios siglos atrás.
El folklore vive en cada rincón de Santiago del Estero, "La Banda" es considerada la cuna de poetas y cantores. El folklore se manifiesta en cada pueblo a través de la danza, la música, las artesanías y las leyendas y tradiciones populares.
El clima caluroso, obliga a la siesta y el árido monte, tiene frutos bien dulces como el mistol, la tuna o la algarroba.
Su gente sencilla, trabajadora, de piel curtida y tez morena es muy pero muy simpática, atenta y siempre dará una cálida bienvenida al visitante.
En diciembre anduvimos recorriendo y conociendo un poquito de toda esta riqueza humana y cultural que posee Santiago del Estero.
Paramos en los pagos de Forres gracias a la gentileza de Roberto y Tino, párrocos de San Isidro Labrador que nos hicieron un lugarcito y que nos llevaron a varios lugares escondidos pero increíbles, sobre todo por su gente. Allí conocimos seres muy trabajadores que dedican su tiempo libre a los demás. Probamos unas ricas empanadas bien santiagueñas que cocinaron una jóvenes del lugar, como también unas sabrosas tortilals santiagueñas preparadas en hornos de barros por otras amigas. Dormimos todas las tardes una buena siesta porque realmente es imposible realizar alguna actividad a esas horas, guitarreamos, bailamos y cenamos con varios jóvenes de allí y recorrimos bajo la lluvia tan esperada por sus habitantes parte del pueblo. Solo nos falto jugar un partidito de fútbol...
Con Tino, fuimos en tres ocasiones al campo, donde para llegar a esos parajes hay que atravesar largos caminos de tierra. La lluvia era lo más esperado en estas épocas por esa gente, que nos recibió como si nos conocieran de toda la vida.
En el Paraje Pampatun compartimos la Misa, celebrada en el patio recién regadito de una de las familias del paraje. Al terminar la Misa, comimos Pan dulce y bailamos (mal pero bailamos) y cantamos unas buenas chacareras en el patio de tierra, con un coro de coyuyos que se hacían oír cada vez más fuerte... por supuesto esto no podía faltar.
Otro paraje que visitamos fue La Higuera, para llegar a este lugar recorrimos varios kilómetros por los caminos de tierra, rodeados por la espesa vegetación agreste del monte santiagueño y bordeado por un hermoso río que era el remanso de todas las familias del lugar. Allí también luego de una Misa, nos quedamos guitarreando, con los changuitos, que tocaban el bombo y zapateaban un malambo levantando polvareda. Luego de intentar bailar un par de chacareras, inventamos "el malambo porteño" el cual hizo reír hasta el cansancio a todos los santiagueños.
En Villa Robles guiados por la asistente de la comisionada recorrimos el cementerio del lugar y conocimos a través de ella algunos datos de este comisionado ubicado al costado de la ruta y en el cual por los caminos de ripio se pueden acceder a ocho parajes más. Allí hubo un pesebre realizado por los niños, un pesebre bien sachero y conmovedor. Una vez más nos quedamos guitarreando con los niños, que también zapatearon de lo lindo con un malambo y se rieron de nuestro "malambo porteño"
En Brea Pozo fuimos a la escuela donde conocimos a profesores y profesoras que nos pusieron al tanto de la realidad del lugar. Allí varios niños concurren caminando kilómetros desde temprano para tener acceso a la educación, allí los changos disfrutan de la escuela porque para muchos es su único lugar de sociabilización, y nos aseguraban que muchos durante las vacaciones se aburrían. Junto a los directivos y profesores compartimos un almuerzo de fin de año y un brindis por la educación del país.
Por supueso aprovechamos para conocer la Capital de Santiago del Estero, la plaza, el museo de antropología, la peatonal, distintas ferias de artesanos, el Paseo Pozo de Vargas y por supuesto recostarnos a orillas del Mishki Mayu (Río Dulce) y mojar los pies y refrescarnos en este famoso río.´El tiempo no nos dejo conocer varios sitios de los cuales estabamos deseoso de ir, pero sin embargo aprovechamos y disfrutamos cada momento en Santiago.
Algo similar ocurrió en La Banda, pintoresca ciudad. Allí recorrimos la Estación, El Museo de la Ciudad de la Banda y distintos paseos, también el centro. Sentimos vibrar todas las tradiciones en cada paso. Vimos Boca-San Lorenzo en un bar y nos quedamos sorprendidos con la popularidad adquirida por el club de mi barrio: Tigre, en La Banda no había lugar donde no se vendiera la camiseta auriazul del matador y eso me acercó por un momento a mi barrio de Virreyes.
Estos son los lugares que hemos podido conocer y disfrutar, pocos días pero vividos a pleno. Forres, Brea Pozo, la Ciudad de Santiago del Estero, La Banda, el comisionado de Villa Robles y los parajes de Pampatun y La Higuera. Esperamos volver pronto a reencontrarnos con esta provincia, sus paisajes, su cultura y los amigos que hicimos y tambien poder seguir conociendo todo el territorio santiagueño...
Santiago del Estero es culturalmente muy pero muy rico. Conserva gran parte de nuestra historia, de nuestras tradiciones. Gran cantidad de artesanos, entre ellos alfareros, tejedoras, cesteros y luthiers siguen utilizando técnicas ancestrales de las culturas originarias diaguitas que ocuparon el territorio santiagueño.
En Santiago hay una religiosidad popular muy importante, así tradiciones milenarias se mezclan con la fe católica, con San Francisco Solano como protagonista principal de esta historia que se viene escribiendo hace varios siglos atrás.
El folklore vive en cada rincón de Santiago del Estero, "La Banda" es considerada la cuna de poetas y cantores. El folklore se manifiesta en cada pueblo a través de la danza, la música, las artesanías y las leyendas y tradiciones populares.
El clima caluroso, obliga a la siesta y el árido monte, tiene frutos bien dulces como el mistol, la tuna o la algarroba.
Su gente sencilla, trabajadora, de piel curtida y tez morena es muy pero muy simpática, atenta y siempre dará una cálida bienvenida al visitante.
En diciembre anduvimos recorriendo y conociendo un poquito de toda esta riqueza humana y cultural que posee Santiago del Estero.
Paramos en los pagos de Forres gracias a la gentileza de Roberto y Tino, párrocos de San Isidro Labrador que nos hicieron un lugarcito y que nos llevaron a varios lugares escondidos pero increíbles, sobre todo por su gente. Allí conocimos seres muy trabajadores que dedican su tiempo libre a los demás. Probamos unas ricas empanadas bien santiagueñas que cocinaron una jóvenes del lugar, como también unas sabrosas tortilals santiagueñas preparadas en hornos de barros por otras amigas. Dormimos todas las tardes una buena siesta porque realmente es imposible realizar alguna actividad a esas horas, guitarreamos, bailamos y cenamos con varios jóvenes de allí y recorrimos bajo la lluvia tan esperada por sus habitantes parte del pueblo. Solo nos falto jugar un partidito de fútbol...
Con Tino, fuimos en tres ocasiones al campo, donde para llegar a esos parajes hay que atravesar largos caminos de tierra. La lluvia era lo más esperado en estas épocas por esa gente, que nos recibió como si nos conocieran de toda la vida.
En el Paraje Pampatun compartimos la Misa, celebrada en el patio recién regadito de una de las familias del paraje. Al terminar la Misa, comimos Pan dulce y bailamos (mal pero bailamos) y cantamos unas buenas chacareras en el patio de tierra, con un coro de coyuyos que se hacían oír cada vez más fuerte... por supuesto esto no podía faltar.
Otro paraje que visitamos fue La Higuera, para llegar a este lugar recorrimos varios kilómetros por los caminos de tierra, rodeados por la espesa vegetación agreste del monte santiagueño y bordeado por un hermoso río que era el remanso de todas las familias del lugar. Allí también luego de una Misa, nos quedamos guitarreando, con los changuitos, que tocaban el bombo y zapateaban un malambo levantando polvareda. Luego de intentar bailar un par de chacareras, inventamos "el malambo porteño" el cual hizo reír hasta el cansancio a todos los santiagueños.
En Villa Robles guiados por la asistente de la comisionada recorrimos el cementerio del lugar y conocimos a través de ella algunos datos de este comisionado ubicado al costado de la ruta y en el cual por los caminos de ripio se pueden acceder a ocho parajes más. Allí hubo un pesebre realizado por los niños, un pesebre bien sachero y conmovedor. Una vez más nos quedamos guitarreando con los niños, que también zapatearon de lo lindo con un malambo y se rieron de nuestro "malambo porteño"
En Brea Pozo fuimos a la escuela donde conocimos a profesores y profesoras que nos pusieron al tanto de la realidad del lugar. Allí varios niños concurren caminando kilómetros desde temprano para tener acceso a la educación, allí los changos disfrutan de la escuela porque para muchos es su único lugar de sociabilización, y nos aseguraban que muchos durante las vacaciones se aburrían. Junto a los directivos y profesores compartimos un almuerzo de fin de año y un brindis por la educación del país.
Por supueso aprovechamos para conocer la Capital de Santiago del Estero, la plaza, el museo de antropología, la peatonal, distintas ferias de artesanos, el Paseo Pozo de Vargas y por supuesto recostarnos a orillas del Mishki Mayu (Río Dulce) y mojar los pies y refrescarnos en este famoso río.´El tiempo no nos dejo conocer varios sitios de los cuales estabamos deseoso de ir, pero sin embargo aprovechamos y disfrutamos cada momento en Santiago.
Algo similar ocurrió en La Banda, pintoresca ciudad. Allí recorrimos la Estación, El Museo de la Ciudad de la Banda y distintos paseos, también el centro. Sentimos vibrar todas las tradiciones en cada paso. Vimos Boca-San Lorenzo en un bar y nos quedamos sorprendidos con la popularidad adquirida por el club de mi barrio: Tigre, en La Banda no había lugar donde no se vendiera la camiseta auriazul del matador y eso me acercó por un momento a mi barrio de Virreyes.
Estos son los lugares que hemos podido conocer y disfrutar, pocos días pero vividos a pleno. Forres, Brea Pozo, la Ciudad de Santiago del Estero, La Banda, el comisionado de Villa Robles y los parajes de Pampatun y La Higuera. Esperamos volver pronto a reencontrarnos con esta provincia, sus paisajes, su cultura y los amigos que hicimos y tambien poder seguir conociendo todo el territorio santiagueño...
1 comentario:
hola pablito!!!!
hermosa experiencia han pasado........
es un deleite compartir con la gente de las provincias tantos rato amenos, no saben que darte, que ofrecerte, que brindarte!!!!!
es una experiencia única que ojalá muchos se dieran la oportunidad de tener.......
hermosas imágenes que no conocía, gracias por compartirlas!!!!!
un abrazo grande y seguimos conectados, si quieres, claro..............
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