Cuando empecé a conocer a la Virgencita del Valle, algo de ella me llamó la atención. Quizás fue porque es morenita y de rasgos aborígenes que me impactó su hermosura. Desde principios de año, comencé a conocer más de ella y fue así como sentí una necesidad muy grande de conocerla, de ir hasta su morada. Casi sin querer y de "casualidad" me enteré de un viaje que organizaba la comunidad del Centro Nuestras Señora del Valle de Virreyes, centro del que había empezado a participar tambien de "casualidad" (aunque estoy seguro que las casualidades no existen y es todo obra de Dios). Fue así como mucho antes de lo pensado la Virgencita me esperaría y yo sería uno de los invitados a su casa...
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Ni bien llegué la vi en su Camarín en la Catedral, allí estaba la imagen original hallada por los Calchaquíes en Choya, una inmensa sensación de paz y una gran alegría recorrían mi interior y solo tenía palabras de agradecimiento, por el sublime momento que estaba viviendo.
El sol de la tarde del sábado 16 de junio me encontró caminando junto a otros peregrinos, rumbo a la gruta donde la Virgencita hábía sido hallada por los indiecitos en Choya, a 7 km de la Catedral de San Fernando del Valle de Catamarca. Por el camino escuchaba testimonios de gente que hacía este camino todos los años algunos hace muchísimos años. También de otros que como yo lo hacían por primera vez. Junto a cada paso, la emoción aumentaba, las ganas de estar con la Virgen otra vez eran incontenibles. El camino, rodeado de montañas y de verde aumentaban mi fe, en ese paisaje único contemplaba la inmensidad de la Creación, la perfección de la Naturaleza, la Mano de Dios en este mundo, en la Fe de la gente que peregrinaba a mi lado, también se manifestaba ese mismo Dios.
Llegamos, en la entrada se veían micros que traían gente de varios puntos del país. Desde allí divisaba a unos metros la Ermita, donde estaba la Gruta, donde estaba Ella. Me acerqué lentamente, como queriendo extender el tiempo, disfrutar de cada segundo de ese acercamiento, mi corazón palpitaba, se preparaba para ese añorado encuentro. La ermita estaba al frante mío, de fondo las montañas hacían más bello ese lugar. Subí las escaleras, lentamente. Estaba frente al altar, había mucha gente delante mío, también detrás. Veía como la tocaban, como la miraban, como lloraban, como le pedía, como agradecían... veía una impresionante manifestación de Fe, me conmoví, me emocioné.
A medida que me acercaba, mi mirada se posó en Ella y de Ella no la pude quitar. La tenía ahí, a pocos metros de distancia, la gente de a poco pasaba y yo me aproximaba más y más, hasta que por fin la tuve delante mío. El momento había llegado, y creánme que en ese instante, todo lo que nos rodeaba desapareció de mi mente, eramos Ella y yo, yo y Ella. Ni la majestuosidad de las montañas, ni las voces de la gente, ni nada de lo que había en rededor era más que Ella, su Belleza, su Mirada de Madre lo era todo, absolutamente todo.
Me santigüe, la miré más que nunca, le agradecí y le pedí que escuché a todos los que con Fe le padían ayuda. Su mirada me llenó de esa misma sensación de paz y alegría que antes había sentido. Elevé mi mano, la acaricié y seguí, dejándole el lugar al que seguía. Fueron segundos, y con eso bastó para llenar mi alma de felicidad, de paz, de buenos sentimientos. Quisé que muchos seres queridos, estuvieran allí, para experimentar lo que experimenté. Se que por solo pensar en ellos estaban conmigo, se que la Virgencita estaba con ellos.
Leo y releo lo acabó de escribir y parece que cada descripción es poco, que me quedó corto, es dificil expresar emociones como esta. Estarán los que creerán y los que no, cuestión de Fe dicen... yo la tengo y por eso siento la necesidad de compartir esto con ustedes. Pronto les contaré algunos testimonios de otros peregrinos, algunas historias bellísimas y más de la Virgen y sus milagros.
De todo mi viaje, ese fue el mejor momento, el más bello, el más grande. ¡Gracias Virgencita! y el año que viene esperame que te voy a visitar de nuevo!
Camino a la Gruta en Choya, algunos peregrinos se ven caminando
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La ermita donde está la gruta, donde está la Virgen
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La fe de los peregrinos, conmovedor...
4 comentarios:
Pablo: el relato de tu experiencia es conmovedor ya que me hiciste sentir que yo lo estaba viviendo. Te felicito por tu paz y por tu gran fe.
Gracias, por el comentario, me alegro que hayas sentido lo mismo que yo. Un abrazo
es increhible todos los paises tenemos a la virgen tu has oido de la virgen de chiquinquira es la virgen de mi pais Colombia es muy linda tambien. CLAUDIA
Asi es Claudia, la Virgencita es Madre en todos lados. Algo he oído de la Virgen de Chiquinquira, en realidad, solo se que ella es la Patrona de Colombia, por eso me gustaría conocer más de ella.
Un abrazo
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